Pekín Haidianqu – 北京海淀区
12 de noviembre 2013
De 10h42 a 14h45 (4h03min)
20,5 km.
往东走 (Wangdongzou, yendo hacia el este)
Cuando empecé la segunda Promenade, la experiencia de la primera me dejo las cosas más claras. Me di cuenta que entre cada paseo me ponía automáticamente a pensar en lo que podría ir haciendo en la siguiente caminata. Pero como lo que me interesa es la espontaneidad y que no quiero preparar ideas en adelante, hice la regla número 3, “ejecutar unicamente ideas que hayan sido pensadas por el camino”. También añadí la regla número 4 “disfrutar de la caminata” porque me di cuenta de que mucha presión para intentar crear algo podía bloquear el proceso creativo.
Salida a las 10h42.
Después de un par de horas andando bajo el espléndido sol invernal de Pekín, acabé en un cruce muy concurrido. En las proximidades de este cruce se encuentran pasarelas peatonales, paradas de autobús y una estación de buses express. Es el típico lugar donde transita un flujo discontinuo de gente y algunas personas lo saben. Casi siempre en esos lugares, cuando no están demasiado cerca del centro, se encuentran pequeños carteles pegados con cinta doble cara naranja, la mayoría anunciando espacios en alquiler.
En este lugar, la acumulación de carteles era particularmente densa y caótica. Decidí organizar el follón un poquito.
Una vez escuché una gente hablar de como pegar carteles para campañas políticas. Decían que para que los carteles sean más visibles era mejor pegar una gran cantidad juntos en unos pocos sitios que pegarlos de uno en uno en muchos lugares. Entonces pensé que podía echar una mano a esos anunciantes independientes con una nueva estrategia de marketing. Recogí todos los carteles que podía encontrar en el lugar.
Y los pegué todos juntos en un solo lugar. Me eche para atrás par ver como estaba quedando y hacer una primera foto.
De repente llegó un miembro del “Escuadrón Anti Carteles” local (son fáciles de reconocer con su bici, su espátula y su cesta llena de papeles arrancados). Estaba patrullando por la zona y automáticamente empezó a quitar mis carteles. Yo pensaba añadir más al tablón de anuncios improvisado pero ¡no me dejó tiempo!
En menos de 30 segundos no quedaba nada.
La escena me encantó pero lo que más me sorprendió es que el señor no tuvo ninguna reacción particular. Me imagino que nunca habrá visto tantos carteles de diferentes anunciantes juntos y bien organizados pero no le importó nada, una vez el trabajo terminado, siguió por delante para limpiar el siguiente punto.
En este momento me encontraba a 10 km. de casa, decidí dar la vuelta.
Encontré un interesante motón de ladrillos haciendo lo que parecía ser un asiento.
En el camino de vuelta, vi más carteles y empecé a recolectarlos.
Despegarlos es fácil pero guardarlos no lo es por culpa de la cinta doble cara.
Pero me di cuenta mirando por el suelo que era muy fácil encontrar la tira blanca que antes protegía la cinta. Empecé a recoger las tiras protectoras también.
Empecé a pegar las tiras blancas a la cinta detrás del cartel – en muchos casos, podía encontrar la tira original, ¡encajaba perfectamente con la cinta!
Una vez la tira pegada de vuelta en su sitio, los carteles eran fáciles de guardar en mi bolsillo.
Seguí la pista de esos carteles, todos eran iguales y casi siempre podía encontrar la tira protectora blanca. Recolecté 18 octavillas a lo largo de un par de manzanas y de repente la pista desapareció, no pude encontrar ninguno más.
Entonces decidí pegarlos todos juntos en el lugar adecuado más próximo y seguí andando hacia el oeste.
Unos cientos metros más tardes encontré una persona que había pegado sus carteles directamente en los coches. Pensé que ese tipo sí necesitaba ayuda con el marketing, ¿realmente piensa que la gente va a mirar sus anuncios y llamar al teléfono si los pega con cinta doble cara super fuerte directamente en la pintura nueva de los coches?
Obviamente, la mayoría acabaron en el suelo.
¿Al revés?
Recogí los que podía.
También me encontré con esos restos de pegada en lugares extremos.
Más tarde me encontré con ese método interesante que evita que la persona que está pegando los carteles tire las tiras protectoras al suelo. No entiendo muy bien porque lo hacen, ¿para mantener las calles limpias? No creo que les importe ya que pegan cartelitos por todos lados. ¿Para que no se les reproche tirar cosas en el suelo y que puedan seguir pegando tranquilos? De todas formas esta solución es mejor para mi, no tengo que buscar las tiras blancas, ya vienen incluidas.
Un vehículo del “Escuadrón Anti Carteles”, fácilmente reconocible por la espátula y la cesta llena de papel.
Encontré un par más de octavillas a lo largo de las siguientes manzanas.
El “Escuadrón Anti Carteles” había estado muy activo en ese barrio y solo pude encontrar una docena de carteles. Ya estaba muy cerca de mi casa y decidí pegar lo que tenía. No quería pegarlos demasiado cerca de mi barrio porque cualquier cosa que hagas en China, si eres extranjero se nota muchísimo; luego el cotilleo se propaga muy rápidamente y no quería tener que explicar lo que estaba haciendo a los responsables de mi barrio, no creo que lo entenderían.
Un miembro del “Escuadrón Anti Carteles” en plena faena. Estimo que cada calle es patrullada dos a cuatro veces por día. Mucho más en los sitios céntricos.
Llegue a casa cerca de las 15h00. Ese experimento me pareció muy entretenido y pude notar que la gente solía mirar más mis grupos de carteles que los pegados individualmente (por supuesto, sin contar con los que miran porque me ven hacerlo o fotografiarlo).
Ese experimento fue repetido durante Promenade #5 y #7 donde logré resultados más convincente.
El registro GPS del recorrido (haz clic en el mapa para verlo más grande).